29/3/10
Biografía de The Doors
La carrera de The Doors fue corta, tan sólo duró cinco años, pero fulminante e intensa. Jim Douglas Morrison, un poeta rebelde y amante del cine, conoce a Ray Manzarek en 1966 en la Universidad de UCLA. Ray era un pianista apasionado por el rhytm'm blues.
Poco después, al dúo se une John Desmore como baterista y a la guitarra Robbie Krieger, comenzando a tocar blues en un local de Sunset Bulevard, donde Morrison, un tanto tímido, pierde su miedo escénico, cogiendo soltura sobre el escenario y creando una forma muy particular de moverse ante un micrófono. Sus carnosos labios, su melena suelta y unos pantalones de cuero que le hacían de segunda piel, le convierten en todo un sex symbol digno de ser modelo de Miguel Angel. Por medio de contorneos sensuales, era capaz de hipnotizar al público, con lo que se gana el mote de "Rey Lagarto".
La vida musical de The Doors transcurre en plenos años setenta: paz, amor, drogas y sexo libre; manifestaciones estudiantiles, el antimilitarismo, antiguerra de Vietnam y otro canutito de la hierba de la risa, por favor. The Doors deciden ser la parte amarga del movimiento, el otro lado de la moneda, escribiendo auténticas poesías musicadas sobre el terror, la violencia, la culpabilidad, el desamor y, sobre todo, sobre la muerte. Prueba de todo esto es el otro sobrenombre de Morrison, “el poeta de la muerte".
En enero de 1967 editan su primer disco, "The Doors", que lentamente se convierte en uno de los discos favoritos del underground, hasta que, con un poco más de tiempo, consigue hacer la competencia directa a los mismísimos Beatles y su "Sargent Pepper's", colocándose en el número 2 de ventas.
Su segundo disco sale ese mismo año. Las letras de “Strange Days” se escribieron al mismo tiempo que aparecía en el mercado “The Doors” , y desde la distancia del tiempo uno tiene la certeza que los mejores temas se escogieron para el disco debut. Por esta razón, el segundo trabajo de la banda no es tan sólido ni tan conmocionante como su presentación, aunque sí una muy buena continuación de su álbum clásico. Además del tema "Strange Days", los puntos culminantes del álbum incluyen el tema funk "Moonlight Drive", el misterioso "You're Lost Little Girl" y el rítmico "Love Me Two Times". Para este álbum, Ray Manzarek realiza una gran innovación, siendo el primer músico de la historia en utilizar un nuevo instrumento electrónico llamado melotrón.
Cuando editan su tercer álbum, “Waiting for the Sun” (1968), ya eran considerados como el mejor grupo de rock norteamericano de la historia. Sus siguientes trabajos no tuvieron una fuerte acogida, en gran parte a que Morrison comenzaba a sentir cierta apatía hacia el mundo del rock, hasta que en 1970, con "Morrison Hotel", el cantante vuelve a poner toda la carne en el asador para firmar uno de los mejores discos de la banda.
Sin embargo, el éxito de la banda embutieron a Morrison en un mundo lleno de alcohol y drogas, subiendo al escenario con auténticos “ciegos” lo que le llevaba a provocar y escandalizar al público. Este fue el comienzo de su autodestrucción. Su comportamiento le llevó a tener problemas con el FBI, acusado de obsceno, conducta lasciva y exhibición indecente.
A finales de 1970 Morrison estaba cansado de su papel de estrella de rock y prefiere ser reconocido como poeta. Esta decisión le lleva a mudarse a París en marzo de 1971, donde le esperaba su novia Pamela Curson. En la madrugada del 3 de julio, Pamela encuentra al cantante muerto por sobredosis en la bañera. Este fue el final de The Doors, pero el comienzo de una leyenda.
Nadie vio el cadáver de Jim, salvo Pamela y el forense, y el manager tardó seis días en comunicar la noticia a la prensa. Todo esto llevó a pensar a sus fans que Jim no estaba muerto sino retirado en algún paraje perdido. Estos rumores se vieron acrecentados cuando en 1978 los restantes miembros del grupo comenzaron a buscar las cintas que Morrison había grabado recitando su poesía. Tras encontrar este material se pusieron manos a la obra y las pusieron música. Se edita así “An American Prayer”.
Han pasado 30 años desde la muerte de Morrison, y nada se sabe de él, si estará muerto o no sigue siendo un misterio. Su tumba sigue siendo un lugar de culto para muchos y de profanación para otros, incluso algunos dudan sobre si estará enterrado allí. Esta es la amarga historia de un poeta, cantante, filósofo y sex symbol al que la muerte convirtió en leyenda. Una persona que lo tuvo todo y el todo acabó con él.
Fuente: http://musica.hispavista.com
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